Los avances experimentados en el área de la psicología, las nuevas ideologías y los movimientos en el campo de la filosofía, tuvieron un fuerte impacto también en la educación, que se manifestó en una efervescencia en la investigación y el surgimiento de corrientes innovadoras en este ámbito, que proponían la necesidad de nuevas prácticas educativas para el logro de los aprendizajes en la infancia. El movimiento conocido como “La Escuela nueva” “La Escuela activa” fue una clara expresión de ello, como también el surgimiento paralelo o bajo su alero de diferentes proyectos y modelos pedagógicos.
Entre ellos cabe destacar como parte del contexto en que surge posteriormente la educación personalizada.
1.- Las pedagogías del descubrimiento, representadas en modelos pedagógicos como el de M. Montessori (1870-1952) y O. Decroly (1871-1932), para María Montessori, los sentidos constituían los órganos de aprehensión de las imágenes del mundo exterior, necesarios para el desarrollo de la inteligencia, así como la mano es el órgano de aprehensión de las cosas materiales que necesita el cuerpo. La escuela por lo tanto, debía poner al niño(a) en contacto con esos objetos, era necesario entonces, ofrecer una organización pedagógica, una ambientación que presentase al niño(a) “materiales de desarrollo”, destinados a sostener el esfuerzo didáctico del maestro(a) pero también a asistir al niño(a) en sus descubrimientos, canalizando así su irrefrenable actividad, ordenadamente y hacia el perfeccionamiento.
El material didáctico, por su parte, debía reunir ciertas características como presentarse de manera atractiva y estética, limitado en cantidad, capaz de ofrecer un control posible del error, prestarse a la actividad motriz del aprendiz, aislando una cualidad sensorial en particular. Para M. Montessori, lo determinante, era respetar la naturaleza del niño y el impulso vital que la anima. Para ello, era preciso liberar su naturaleza de todo obstáculo para que esta pueda revelarse y por lo tanto, el rol del maestro(a) dentro de esta propuesta sería no obstaculizar esa libertad.
2.- La escuela progresiva, representada por John Dewey para quien el aprendizaje se basaba en la experiencia. El lema se resumía de algún modo, en” se aprende haciendo”.
Para Dewey, los saberes se originaban de la acción o más exactamente de la necesidad y los intentos de solucionar problemas por parte del ser humano, y ello debía ser proporcionado por la escuela. Los conocimientos se construían en la mente humana como formas o respuestas de adaptación al medio. El acto de pensar para Dewey consistía en “transformar una situación inicial conformada por oscuridad, colisiones, desórdenes de todo tipo, en una situación clara, coherente, estable y armoniosa”.
En dicho modelo pedagógico, todo aprendizaje debía partir de la reorganización de la experiencia siguiendo una secuencia que incluía cinco etapas:
La reflexión respecto a una experiencia en curso.
La toma de conciencia /identificación del problema a solucionar.
El análisis de los datos disponibles en base a las experiencias pasadas.
La formulación de hipótesis.
La contrastación empírica de su validez.
El rol del profesor(a) en el proyecto de J. Dewey residía en: poner a los estudiantes en situaciones donde pudiesen aplicar metodologías de resolución de problemas, desarrollar hábitos de pensamiento de investigación científica, considerando los intereses de los estudiantes en cuanto a los problemas a resolver. Al enseñar el maestro(a) no sólo debía educar individuos, sino que contribuir a formar una vida social justa.
3.- Educación contextualizada y cooperativa. En este aspecto cabe destacar el aporte de C. y E. Freinet, matrimonio de educadores franceses que en ese período también crean instancias pedagógicas concretas, que reivindicaban las actividades prácticas y la organización cooperativa del trabajo en el aprendizaje humano.
Las actividades prácticas destacaban y necesitaban cooperación. Implicaban coordinar acciones, compartir conocimientos, indagaciones y reelaborar ideas. La construcción de conocimientos se tornaba entonces en obra colectiva.
El niño(a) era, ante todo, un sujeto social impulsado por el deseo de expresarse y comunicarse, la libre expresión de los niños es la manifestación misma de la vida.
En su modelo son destacables los siguientes aspectos: aprendizaje contextualizado, salidas a terreno, incorporación de ficheros de trabajo individual, auto/correctivos y de enseñanza programada. Incorporación de los murales (Yo critico/ Yo felicito/ Yo querría/ Yo he realizado).
4.- William Kilpatrick y el método de proyectos. Influenciado por el modelo pedagógico de Dewey, Kilpatrick, creó en Estados Unidos la primera escuela “learning by doing”. En 1918, aplica en su escuela en Chicago una pedagogía centrada en el método de proyectos, plan de trabajo libremente elegido sobre un problema que interesaba a cada alumno(a).
5. La Enseñanza individualizada o programada. Fueron modelos llevados a cabo principalmente en E.E.U.U. dentro de los cuales es importante relevar como antecedentes de la educación personalizada, dos experiencias:
El Sistema de Winetka, llevado a cabo por E. Washburn. En dicha propuesta se establecía un programa mínimo a ser llevado a cabo por cada alumno(a) individualmente, de acuerdo a su etapa de desarrollo, a través de libros y materiales de trabajo auto- educativos y auto- correctivos. Paralelamente se ofrecían proyectos grupales en torno a una problemática específica.
El Plan Dalton, llevado a cabo por E. Parkhurst, en el cual se elaboraba un plan que daba la posibilidad a cada niño(a) regular por sí mismo el ritmo y el curso de los propios estudios, firmando un “contrato mensual” con su maestro(a) respecto de sus metas. No era necesario avanzar con todas las materias al unísono, ya que se respetaban los distintos ritmos de aprendizaje de los estudiantes.